jueves, 22 de octubre de 2009

Once

Érase una vez...
La historia de siempre.

Chico y chica se conocen y surge... la música.
Él es irlandés. Ella una inmigrante checa.
¿Y qué más se puede decir de esta película? No hay mucho más. Es una demostración de que las cosas pequeñas pueden ser muy interesantes si se presentan desde la perspectiva adecuada.
Debe verla todo el que guste de la música.
Y todo el que sepa apreciar las historias mínimas.
Personalmente me encantó la escena en que ella camina por la calle con la aspiradora, de un lado para otro, como si paseara un perro.
¡Ah! Y si hablo de "él" y de "ella" es porque eso son. No hay nombres propios. Cosa que da que pensar.
Puedes verlo el 26 de octubre en el salón de actos (o sala de estar) del Colegio Mayor Peñafiel. No sé que echan en ese momento en la Seminci, pero dudo que sea mejor.

jueves, 15 de octubre de 2009

Pura formalidad

Hace una noche muy desapacible.
Deambulando por el bosque, empapado por la lluvia, el célebre escritor Onoff (Gérard Depardieu), camina confuso. No tiene muy claro qué ha sucedido en las últimas horas.
Llega al cuartelillo donde el inspector (Roman Polanski) desea hacerle unas preguntas. Pero el inspector admira los libros de Onoff y no quiere atosigarle. No será un interrogatorio largo.
Sólamente una pura formalidad.
Pero, claro, las cosas se complican un poco. Mientras la lluvia cae incesante, Onoff, confuso y contradictorio va hablando más de lo que debe. O, quizá, justo lo que debe.
Pura formalidad es una pequeña pirueta de Giuseppe Tornatore. Maneja muy bien el ritmo en lo que parece una trama policiaca y que deriva hacia un giro final sorprendente.
El lunes, 19 de octubre, podrás verlo en el salón de actos de Peñafiel. Aquellos que se asustaron con Alicia en las ciudades y El festín de Babette, encontrarán una película un poco menos densa. Un poco.

jueves, 8 de octubre de 2009

El festín de Babette

Babette, aristócrata francesa, se ve obligada a huir del país para salvar la vida cuando comienza la guerra civil en Francia.
Sin otro lugar al que fugarse, va a parar a una pequeña aldea danesa.
Gentes sencillas, profundamente puritanas. No son muy dados a expresar sus sentimientos pero acogen a Babette.
Ella, para compensar el recibimiento, decide organizar un festín con los más deliciosos manjares franceses que conoce.
El festín de Babette es una película irrepetible. Por supuesto, está en la raíz de todas las que tratan de convetir la gastronomía en motor de las relaciones sociales. Desde Deliciosa Marta a Ratatouille. Pero El festín de Babette es más que eso: es el retrato de una sociedad que se desconoce, de unos modos de vida sorprendentes y, sobre todo, una celebración de la vida, del disfrute de los placeres sencillos.
Y, si alguien ve todavía más cosas, que las hay, las hablamos después de verla: el lunes, 12 de octubre.

viernes, 2 de octubre de 2009

Alicia en las ciudades

Comenzamos el primer ciclo del año con 4 muestras de cine europeo.
Felix Winter. Así se llama el protagonista de esta historia.
Se encuentra en Estados Unidos cuando le comunican la cancelación de su contrato.
El vuelo de regreso a Alemania se retrasa.
Para hacer tiempo traba amistad con una mujer con la que pasa la noche.
A la mañana siguiente la mujer ha desaparecido pero, para compensar, le ha dejado a la hija, Alicia, una niña de 9 años.
Estamos hablando de Wim Wenders y, lógicamente, las cosas no suceden del modo en que lo harían en una película de Hollywood.
La película, concebida como una road movie se estrenó en el año 1974, rodada en blanco y negro. Alicia en las ciudades no se mira como una película en una pantalla de televisión. Se mira como si hicieras un viaje, por la ventanilla lateral del coche.