domingo, 26 de septiembre de 2010

Mi vecino Totoro

Menos es más.
Sencilla y profunda. Y cuanto más sencilla más profunda. Así es Mi vecino Totoro.
Un Totoro es lo que se encuentra Mei en el bosque. ¿Y qué es un Totoro? Bien. ¿A quién le importa? Totoro es el icono de la sencillez, el encanto, la ingenuidad, la mirada sencilla, la buena gente.
La historia es extremadamente simple. El argumento mínimo. Pero la magia de Miyazaki saca de la manga, a cada minuto, personajes sorprendentes. Son como los personajes de Capra. Por poco que aparezcan o hablen, tienen detrás un pasado, una historia, una vida. Un misterio. Y somos capaces de intuirlo. Queremos saber más de ellos. Pasan a nuestro lado y se quedan para siempre en la memoria.
Es, sí, la película más infantil de Miyazaki. También la más mágica y, muy probablemente, la más inteligente.
Menos es más.
Cuando la película acabe, descubrirás que realmente existen los Totoros.
Ahora sólo falta que el ayuntamiento nos ponga un Gatobús.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El castillo en el aire

Empezamos el curso con un ciclo sobre Hayao Miyazaki, el mejor director de animación, con el permiso de la gente de Pixar, permiso que seguro nos ceden gustosos pues ellos mismos admiten que el director japonés es su inspiración.
El castillo en el aire (o El castillo en el cielo, dependiendo de ediciones diversas en DVD) es una película interesante para presentar el ciclo.
En ella aparecen ya muchas de las constantes del cine de Miyazaki: la chica decidida, el trabajo como factor de maduración, el interés por las secuencias aéreas...
Y también hay algunos elementos que resultan extraños en el cine del estudio Ghibli pues luego no se van a repetir: una acción vertiginosa que no concede respiro (el resto de sus películas son más calmadas para profundizar más en los personajes) y la presencia de un malo integral (en el resto de las películas no hay malos malísimos, son malos con muchos matices y, en el fondo, con su buena parte de razón).
Sheeta es una chica que lleva una llave. La llave permite acceder al castillo volador de Laputa y, por ello, mucha gente está interesada en obtenerla.
El argumento es muy sencillo. La forma de narrarlo es otra cosa.
Es interesante comparar esta película, en algunos aspectos, con Avatar. Evidentemente, Avatar plagia muchas cosas de El castillo en el aire, pero la película de Cameron carece de habilidad para sorprender con un desarrollo original. Miyazaki, en cambio, siempre encuentra caminos inesperados para contarnos lo que parece ya conocido.