domingo, 2 de agosto de 2009

Las noches del Colegio Mayor Peñafiel. Cine de verano 4

Por fin.
Opio para el pueblo.
Transporter 3.
Lo mejor que se puede decir del protagonista de esta película es que gracias a su rocosa faz, sirve muy bien para interpretar cualquier clase de hormigón existente en el mundo.
Tiene menos registros que un teleñeco. Lo mismo le da decir Voy a matarte, pedazo de imbécil que Te quiero mucho, nena.
La misma cara. En serio. Ni la más mínima variación.
Lo mejor que se puede decir de la actriz es que parece no estar. Se podría haber hecho la película sin su presencia y ella, muy avispada, se ha dado cuenta, así que no molesta mucho.
Por lo demás: pim, pam, pum. Varias escenas de acción, algunas bien rodadas, otras no tanto.
Para disfrutar con encefalograma plano. Que a nadie se le ocurra preguntar por la pulsera.
En cualquier caso, se queda muy, muy lejos, de la divertidísima y fundacional Transporter, cuando Frank Martin conducía un BMW y tenía tres reglas que cumplir.